La Fruta Dragón: Delicia Refrescante

La Fruta Dragón: Delicia Refrescante

Amo las frutas, mis desayunos incluyen una gran cantidad de frutas, y con frecuencia, consumo frutas de merienda entre comidas o mientras preparo la comida. Me parecen muy prácticas y no requieren de preparación previa salvo lavarlas bien. Los sabores, formas, texturas y colores son infinitos lo que hace que no te canses de comerlas. Son ideales para el verano donde el calor es insoportable ya que poseen una gran cantidad de agua.

A nivel nutricional, las frutas son carbohidratos simples que aportan una gran cantidad de nutrientes, antioxidantes, minerales, fibra y agua. Son fuente de energía rápida pues se digieren en poco tiempo. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó un informe donde recomienda la ingesta de un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y vegetales (equivale a 5 porciones) para prevenir enfermedades crónicas como las enfermedades del cardiovasculares, cáncer, diabetes y obesidad. De acuerdo con estas organizaciones, la ingesta insuficiente de frutas y vegetales es uno de los 10 factores principales de riesgo de mortalidad a escala mundial.1

Datos alarmantes y para reflexionar:

La pobre ingesta de frutas y vegetales causa aproximadamente un 19% de los cánceres gastrointestinales en todo el mundo, un 31% de las cardiopatías y un 11% de los accidentes cerebrovasculares. El consumo suficiente de frutas y verduras podría salvar hasta 1.7 millones de vidas cada año.1 Por lo que comer estos alimentos a diario es de vital importancia.

Y hablando de frutas, en esta ocasión quisiera enfocarme en la fruta dragón o pitahaya.

 

 

La verdad es que esta fruta siempre fue ajena a mi paladar hasta hace unos pocos años atrás. Con el cambio de alimentación, estaba más abierta a consumir aquellos alimentos que nunca había probado y que sabía que eran buenos para mi salud.

Siempre vi pitahayas en los supermercados pero su precio era de infarto (demasiado costosas) por lo que nunca las compré, tuve la curiosidad (y la sigo teniendo) de por qué son tan caras. 

Diría que las pitahayas junto con las guanábanas se han vuelto el nuevo caviar frutal. No fue hasta hace unos años atrás que descubrimos que un vecino de nuestra finca en Utuado tenía una enredadera de pitahayas trepada en un árbol que estaba súper alto. Desconocía que esta fruta se podía cultivar en el trópico y desde mi huerto podía ver el árbol con puntos color fucsia. Nuestro vecino descubrió que las estábamos mirando y muy amablemente nos regaló unas cuantas pitahayas.

 

 

Esta fruta es originaria de América y son de la familia de las Cactaceae o Cactáceas, o sea, de los cactus. Estos cactus se caracterizan por poseer frutos comestibles. A la pitahaya le gusta treparse en árboles y piedras sin necesidad de tierra y sobrevive con la humedad que la corteza del árbol o la piedra pueda proveer.

Existen diferentes variedades, las más comunes son las de corteza fucsia e interior blanco o rojo, sin embargo, también existe una con exterior amarillo y pulpa blanca. Su exterior es bien llamativo y son de formas ovaladas. Al abrirla encontramos su pulpa, la cual es muy jugosa y se puede comer con cuchara, su sabor me recuerda al kiwi.

Esta pulpa posee muchas semillas de color negro recubiertas por mucílago que es un tipo de fibra soluble que ayuda, entre muchas cosas, al tránsito intestinal. La siembra de pitahayas es mejor hacerla a través de esquejes y no de sus semillas pues se tardan mucho en germinar. Se cultiva bien en climas tropicales y en países asiáticos.

 

Perfil nutricional:

Esta fruta es rica en agua (casi un 82% de agua). Contiene los minerales hierro, calcio y fósforo junto a vitaminas del complejo B, C, y E. Además de tener fructosa y glucosa, contiene oligosacáridos, que es un tipo de carbohidrato complejo de 3 a 20 unidades de azúcar.

Los oligosacáridos tienen los siguientes roles en el cuerpo:

  • Fortalecer el sistema inmune
  • Absorver minerales
  • Facilitar la digestión
  • Formación de ácidos grasos
  • También se les conoce como los prebióticos porque “alimentan” la flora bacteriana del intestino grueso.

Muchos de los oligosacáridos no pueden ser digeridos por el intestino delgado y cuando llegan al intestino grueso sirven como comida a la flora bacteriana lo que ayuda a mantener al intestino libre de enfermedades.

En estudios, la pitahaya ha demostrado ser capaz de estimular el crecimiento de las bacterias lactobacilos y bifidobacterias en el intestino grueso.2

 

 

Siempre que tengo la oportunidad de consumir esta fruta lo hago, pero dependo de que estén a buen precio (cosa que casi nunca ocurre) por lo que prefiero consumirlas de cultivo local. 

¿Has probado esta fruta? ¿Qué te ha parecido?

 

Referencias:

1. https://www.who.int/dietphysicalactivity/fruit/es/

2. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/


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