Hace años atrás comprar otra alternativa a la leche de vaca (o de origen animal) era prácticamente imposible, pues su existencia y consumo era poco conocido. No obstante, hoy en día existe una mayor demanda por alternativas diferentes a los lácteos de origen animal ya sean quesos, leches, natas o yogurt pues cada vez se demuestra que estos productos no fueron diseñados para el consumo humano.
¿Te identificas con alguno de estos síntomas luego de consumir lácteos?
Recuerdo que cuando aún vivía en casa de mis padres, consumía leche de vaca descremada al 1% junto con el cereal en las mañanas como desayuno. Estando en la escuela a media mañana y luego de haber desayunado en mi casa, siempre me daba un fuerte dolor de estómago que duraba unos 5 minutos y que luego desaparecía. No fallaba, los días que consumía leche de vaca el dolor era inminente. Si por el contrario desayunaba un sándwich, ese día el dolor de estómago no se presentaba. Me tomó años identificar este patrón pues nunca lo relacioné con lo que estaba comiendo y mucho menos con los lácteos.
El dolor de estómago es uno de los muchos síntomas que tu cuerpo puede manifestar de que esa sustancia no la puede procesar ni digerir correctamente.
Si tienes alguno de estos síntomas luego de consumir lácteos de origen animal:
- Diarrea
- Estreñimiento
- Congestión nasal
- Problemas de la piel que incluyen sarpullidos, dermatitis o acné
- Problemas digestivos (dolor de estómago, gases, barriga inflada)
- Menstruaciones dolorosas
- Aumento de peso
- Migrañas o dolores de cabeza
Analicemos un poco:
Los humanos somos la única especie que consume lácteos luego del periodo de lactancia y por si fuera poco la consumimos de un especie distinta a la nuestra (vaca, cabra, etc.). Por otro lado, el calcio no es motivo suficiente para consumir lácteos. ¿Alguna vez te has preguntado por qué existe la tanta enfermedad en los huesos como la osteoporosis si hoy en día se consumen más lácteos que nunca1? o ¿De dónde obtienen el calcio las vacas?
Reflexiona un poco y te darás cuenta que no hace sentido lo que las industrias de lácteos te han dicho en sus campañas publicitarias.
La leche es un líquido cargado de hormonas2 para hacer crecer a un becerro (ternero) en pocos meses. Por si fuera poco, también tiene pus3, antibióticos y medicamentos4 que le fueron suministrados al animal para evitar enfermedades por el constante uso de máquinas de ordeño en su ubre.
Por estas, y muchas razones más (que estaremos publicando en el blog más adelante) no se recomienda el consumo de estos productos.
Leche de Almendras:
Es posible que ya la hayas probado, existen diversas marcas y sabores, y es posible que alguna de ellas sea tu favorita. No le resto méritos a la leche de almendras que se vende en cualquier supermercado o colmado pues suele ser muy conveniente para aquellas personas que no tiene el tiempo ni la facilidad de comprar almendras a granel. No obstante, también he visto personas que no les gusta su sabor. Sea cual sea tu caso, te invito a darle la oportunidad a esta receta pues vale la pena. Su sabor es muy distinto al que te puede ofrecer el mercado.
Esta leche puedes usarla en diferentes recetas que requieran la leche convencional, puede consumir fría o caliente.
Comencemos…
Es importante que al comprar almendras las mismas no estén tostadas o saladas pues al haber recibido calor no van a funcionar para hacer la leche.
Para empezar, las almendras deben remojarse de de 18 a 24 horas en abundante agua (es recomendable hacerlo durante la noche).
En la esta foto puedes notar la diferencia entre la textura de la almendra remojada versus la almendra sin remojar. La primera es totalmente lisa y más grande mientras que la segunda tiene textura áspera y es más pequeña.
¿Por qué se deben remojar las almendras?
Al remojar las almendras, verás que crecen en tamaño y se “hinchan” comparadas con las almendras sin remojar.
Al remojar las almendras:
- Son más fáciles de procesar
- Sus nutrientes se magnifican
- Se activan sus enzimas
- Son más digestibles
- Se germinan
Las almendras son altas en proteínas, fibra, calcio, magnesio, potasio, vitamina E y otros fitonutrientes.
Leche de Almendras
Leche vegetal de almendras hecha en casa.
Ingredients
- 1 ½ T de almendras remojadas (18 a 24 horas en agua fria)
- 2 a 4 T de agua filtrada (varía la cantidad dependiendo si la quieres más espesa o más ligera)*
- ½ cdta de vainilla (es opcional si la quieres sin sabor)
- Endulzante a gusto (es opcional si la quieres sin endulzar)**
- Pizca de sal (me gusta la sal del himalaya)
- Equipo:
- Licuadora (batidora)
- Colador fino o tela “Cheesecloth”
- Frasco con tapa de vidrio
Directions
- Step 1 Enjuagar las almendras remojadas, puedes usar un colador mientras le viertes agua filtrada.
- Step 2 Coloca las almendras remojadas en una licuadora (batidora) junto con el agua, la vainilla (si la estás usando), endulzante (si lo estás usando) y la sal.
- Step 3 Licuar (batir) todos los ingredientes hasta que queden bien triturados (4 a 5 minutos si tu licuadora no es muy potente).
- Step 4 Colar la mezcla o pasarla por una tela o “cheesecloth” para separar la “pulpa” de la leche (ver demostración abajo).
- Step 5 Guardarla refrigerada hasta 3 días***. Es normal que se asiente, por lo que debes agitarla antes de utilizarla. Notas de la Receta: *Experimenta de qué manera te gustaría hacer la leche de almendras, si la quieres espesa te recomiendo usar menos cantidad de agua pero si deseas una leche más ligera puedes añadir más agua. **Te sugiero utilizar 2 a 3 cucharadas de azúcar de tu elección (me gusta la de coco) pero puedes utilizar Agave, Maple Syrup (miel de maple) o de 2 a 3 dátiles sin semillas. ***Al ser una leche sin preservativos, es importante consumirla pronto para que no se dañe.
¡Salud!
Referencias:
4 “America’s Secret Animal Drug Problem”. Center for Food Safety. Executive Summary September 2015
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