El maíz es un cultivo originario de México, sembrado desde hace cientos de años por distintas poblaciones. Fue cultivado por los indios taínos en el Caribe. En otros países se le conoce como “elote” y “choclo”. Se le considera el oro amarillo del mundo pues es utilizado como base en la alimentación en varios países en latinoamérica. Se consume de diversas formas tales como: plantillas para tacos, arepas, panes, tamales, bebidas, sopas, sancochos, etc.
Una de las siembras por acompañamiento más conocidas lo es el maíz, la calabaza y los frijoles o habichuelas. Las siembras por acompañamiento se hacen porque se benefician entre sí. En el caso de el maíz, la calabaza y los frijoles, es principalmente porque el maíz crece hacia arriba, la calabaza es rastrera (es una enredadera) y los frijoles aportan nitrógeno al suelo y crecen poco.
Existen cientos de variedades de maíz, desde el maíz rojo, negro, verde, morado hasta los multicolores; el más común para todos es el maíz amarillo pero dentro de los maíces amarillos encontramos distintas variedades que se utilizan para distintos fines dependiendo lo que se prepare.
Algunas variedades son más útiles para hacer las famosas palomitas de maíz o “popcorn”. Otras se usan para hacer tortillas, harina, etc. e incluso hay maíces que se utilizan exclusivamente para hacer alimento concentrado para animales (vacas, gallinas, caballos, cerdos, etc.).
El maíz también es eje de controversia, pues se ha modificado genéticamente (maíz GMO) para ser utilizado como materia prima en los ingredientes de productos ultraprocesados. Ejemplo de esto son las salsas, galletas, panes y jugos endulzados con jarabe de maíz alto en fructosa, este último ingrediente se obtiene de maíz GMO, es barato de producir (más que el azúcar de caña) y también resulta ser más dulce. Como mencioné antes, el maíz también se utiliza para hacer alimento concentrado que consumen animales destinados para carne. Por lo que, si consumes carne que no sea certificada orgánica, existe una alta probabilidad de que consumas carne de animales alimentados con maíz genéticamente modificada.
Es por estas razones que muchas personas han desarrollado fobia al maíz y con justa razón pues al consumirlo les sienta mal y les genera alergias. Pero, hay que tomar en cuenta que el maíz es un alimento básico de distintas culturas latinoamericanas desde hace cientos de años, con éste se alimentaban poblaciones enteras a través de sus distintas formas de preparación. Es hasta hace pocos años que las compañías de biotecnología han dañado el maíz con sus modificaciones genéticas.
Entonces, ¿es seguro consumir maíz? Las respuesta es sí, siempre y cuando sea un maíz certificado como orgánico o NON GMO (sin modificación genética). De ser consumido, la mejor forma siempre va a ser en su estado íntegro (en forma de granos, molido o en harina no refinada).
El maíz en su forma de aceite, jarabe endulzante o en maicena siempre va ha ser perjudicial a la salud pues ha sido altamente refinado y en ese proceso de refinamiento se han perdido todas sus propiedades y nutrientes. De hecho, durante la guerra civil americana los trabajadores blancos pobres del Sur en EEUU subsistieron con harina de maíz rápida o “quick cornmeal” lo que les hizo padecer una enfermedad llamada “pelagra” caracterizada por la dermatitis, la diarrea y la demencia. Esto debido a que al refinar la harina se le eliminaban distintos nutrientes como la Niacina (B3) y no se sabía que el maíz perdía este nutriente esencial en el proceso de refinamiento. Posteriormente se dieron cuenta y deciden fortificar de forma química y artificial las harinas de maíz con Niacina (B3) y algunas otras vitaminas del complejo B, lo que erradica la enfermedad. Lo mismo sucede con la harina blanca de trigo y el arroz blanco, que también generaron enfermedades en un momento dado por su refinamiento y pérdida de nutrientes.
Cultivo del Maíz:
Sembrar maíz es algo mágico y casi milagroso y lo menciono por su proceso de polinización del cual escribo más adelante.
Este es un cultivo que requiere un terreno bien nutrido pues exige altas cantidades de nutrientes. Si lo siembras en un suelo desvitalizado no te dará maíz, la planta puede crecer y desarrollarse, pero no va a producir mazorcas. Se recomienda sembrarlo directamente en el suelo donde va a crecer y desarrollarse, no obstante, en algunos casos se deben hacer semilleros pues las ratas o cualquier otro depredador pueden comerse los granos de maíz sin que los mismos lleguen a germinar.
En Puerto Rico, tenemos distintas variedades de maíz desarrolladas por la estación experimental agrícola: como por ejemplo Diente de Caballo, Suresweet y Mayorbella. Las plantas deben sembrarse a poca distancia (unas 12 pulgadas) para que la polinización ocurra de forma correcta.
La polinización del maíz ocurre entre la flor macho y la flor hembra. La flor macho florece en la parte superior de la planta, cuando las abejas revolotean en la flor el polen cae en la flor hembra ubicada en los pelos o barba de la mazorca. La mazorca constituye la flor hembra en donde cada grano tiene un filamento (estigma) que llega hasta el exterior (barba) donde recibe el polen y lo lleva hasta al grano (ovario) para ser fecundado.
En unos 80 días se pueden cosechar las mazorcas de maíz. Es importante siempre guardar semillas para una próxima siembra.
Perfil nutricional:
El maíz contiene muchos nutrientes lo que hace ideal para consumo diario. La mejor forma de consumirlo es en su estado natural e íntegro o mínimamente procesado. Entre las vitaminas que contiene están la A, B1, B2, B3, B6, B9, E, C y minerales como el potasio, el magnesio, el hierro, el calcio, el zinc, el sodio y el fósforo. También posee fibra soluble e insoluble, la capa que reviste los granos está formada de celulosa por lo que el sistema digestivo no la puede digerir. El maíz no tiene gluten por lo que es apto para personas celiacas o con intolerancias a esta proteína.
Propiedades del Pelo o Barba de Maíz:
La barba de maíz es una medicina herbal tradicional en China, que se ha utilizado en muchas partes del mundo para el tratamiento del edema, así como para la cistitis, gota, cálculos renales, nefritis, prostatitis y dolencias similares. Se han hecho investigaciones donde sostienen que la suplementación con los compuestos de la barba de maíz puede ser un tratamiento prometedor para enfermedades inflamatorias que involucran estrés oxidativo.1 Por otro lado, hay estudios que sostienen que el uso prolongado de la barba de maíz puede ser hepatotóxico, no obstante, se puede utilizar en dosis bajas con fines terapéuticos.2
Hace poco me contaba una persona que vende cosechas en un mercado agroecológico que hacía un tiempo atrás tenía dolores y molestias en la vejiga. El mismo conocía de un remedio haciendo uso de la barba de maíz que consistía en hacer un té con la misma y beberlo varias veces al día durante un tiempo determinado. Me aseguró haber botado dos piedras grandes luego de haber relajado o dilatado el sistema con una cerveza. Hay que recordar que en países como China la barba se puede llegar a consumir, lo que puede tener efectos distintos a los de un té.
Referencias:
1 thought on “¿Es seguro consumir maíz?”